El pasado jueves, 15 de diciembre, comenzaba en San Juan el Triduo en honor a Ntra. Sra. de la Esperanza con una celebración penitencial. La imagen de la Virgen había sido colocada, como siempre, bajo palio, en el altar mayor de la Iglesia. Como novedades lucía un nuevo broche con su nombre "Esperanza" en el pecho, regalo de un hermano. Además, al coincidir con el V centenario del Ilustre Patronato de la Purísima Concepción, Santa María Magdalena y Ánimas del Purgatorio, se colocó a la Virgen en la cinturilla, junto con las medallas del Colegio de Agentes Comerciales y de la Cofradía de Ntra. Sra. del Consuelo, una medalla con la imagen de María Magdalena que dicho Patronato había regalado.
El día 16, tras el Rosario, tuvo lugar la Ofrenda Floral a Ntra. Sra. de la Esperanza, con la participación de los Hermanos Mayores Honoríficos (Bomberos y Hospital), numerosas cofradías de la ciudad, penitenciales y de gloria, e incluso de muy lejos, como la Hermandad de la Esperanza Macarena de Sevilla y la Esperanza de Málaga. Después de la Misa, se entregaron medallas y estatutos a los nuevos Hermanos.
El 17 tuvo lugar Santa Misa de Difuntos, seguida de un aperitivo en los locales parroquiales para todos los Hermanos.
Y el 18, a las 12.00 h. la Santa Misa en la festividad de Ntra. Sra. de la Esperanza, con la participación de las voces de la Escolanía Pablo VI. Tras la Eucaristía, se hicieron entrega de sendos obsequios, consistentes en cuadros con nuestras Sagradas Imágenes, a dos intensos colaboradores de la Hermandad durante tantos años: Julita López Albarrán y Divino Sánchez Canalejo. Además el Presidente recordó que se cumplen 10 años desde que se decidió comprar un nuevo paso de palio, por primera vez a hombros, y por ello, y por su incansable trabajo en la Hermandad en décadas, se otorgó el titulo de Hermano Honorífico con medalla de Plata a D. Oscar Carrera Gómez, ex-presidente de la Hermandad. La jornada, muy emotiva, concluyó con un Besamanos a Ntra. Sra. de la Esperanza, con largas colas de devotos que se acercaron para ello.
La gran devoción que sus cofrades sienten por la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza se dejó notar de forma especial en la mañana de ayer en la iglesia de San Juan, durante la festividad de la Inmaculada Concepción de María con la que se ponía fin al triduo dedicado a esta advocación mariana que había comenzado el pasado viernes. Fue un acto sencillo, pero cargado de emoción, que comenzó con la celebración de la eucaristía, oficiada por Benjamín López de Juan, párroco de la iglesia de San Juan y director espiritual de la hermandad de la Esperanza, y que contó con la amenización musical de las voces blancas de la escolanía del colegio Pablo VI.
Tras la celebración eucarística, presidida por la imagen de la Virgen de la Esperanza, que portaba manto verde, llegó el momento de las distinciones a algunos de los miembros de la hermandad de la Esperanza. Así, fueron distinguidos por sus compañeros de hermandad Purita López Albarrán y Divino Sánchez Canalejo, así como también Óscar Carral, quien fue nombrado Hermano Mayor con la distinción de Plata.
Tras las entrega de las distintas distinciones a aquellos hermanos que han destacado por su dedicación y trabajo dentro de la hermandad, los fieles cantaron la tradicional Salve y tras ésta llegó el momento más especial: el devoto besamanos a la Virgen de la Esperanza, imagen a la que se acercaron a profesar su devoción tanto grandes como pequeños.
En Estepa. Un título como en dos partes… lo que quiero hoy reseñar es el IV Congreso Nacional de Cofradías y Hermandades de «Las Angustias» que ha concentrado un centenar y medio de cofrades de esta querida devoción popular representando un buen número de agrupaciones y la representación de nuestra tierra, con nuestras cofradías de Ávila y de Arévalo.
Cuando escribo estas líneas estamos en plena celebración de una de las fiestas marianas de más raigambre popular, de esas de toda la vida, que ya festejaba el pueblo creyente mucho antes de que la Iglesia decretara la tal celebración según la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María, de Pío IX, con la proclamación de la «Bula Ineffabilis Deus» de 1854. Es un caso muy especial como atestigua la amplísima iconografía histórica, esas imágenes y pinturas de «La Purísima» que tanto abundan en nuestros templos.
Pues apenas hace unos días se celebró otro acontecimiento mariano con carta de naturaleza y ya tradicional. El Congreso Las Angustias de España, en su cuarta edición, celebración bianual, y en esta ocasión la concentración fue en la ciudad andaluza de Estepa, según fue acordado en el anterior.
Estepa es una pequeña ciudad según las medidas demográficas de Andalucía, que no son las nuestras, algo mayor que Arévalo, con un casco urbano típicamente andaluz, castillo islámico en lo alto, con torre señorial de la Orden de Santiago; casas blancas en la ladera del Cerro de San Cristóbal, de calles empinadas entre la ermita de Santa Ana, la sede de Las Angustias estepeña y la iglesia de los Remedios; unas torres de ladrillo a lo barroco que sobresalen bien del caserío, que es Conjunto Histórico Artístico. Y sus aromas particulares, a mantecados, polvorones y olivos. No en vano es la cuna del polvorón, su industria y sus especialidades de fama mundial.
Una población con profundas raíces cofrades y característica semana de Pasión. Tan cerca de Sevilla y tan diferente… a mi me lo parece. He visto mesura, sobriedad, fraternidad y caridad cristiana… y mucho amor a la Madre.
Hemos vivido el traslado procesional y el regreso. Celebraciones y ponencias de gran profundidad cristiana, el verdadero sentido cofrade y la caridad. También el aspecto artístico e iconográfico. Un magnífico concierto con estreno musical. La exposición del legado artístico. Y lo más interesante… mucha hermandad… Gracias Estepa. Y la próxima, en Toledo.
Coincidiendo con la festividad de La Inmaculada, la Juventud Antoniana inició ayer los actos con los que conmemoran el centenario de su creación, que como explicó el superior del Convento de San Antonio, Timoteo Martínez, se prolongarán durante todo un año, con la mirada puesta en el 21 de septiembre, fecha en la que se celebrará la fiesta principal.
Una procesión con la imagen de La Inmaculada por la barriada de San Antonio, acompañada por muchos de los niños y jóvenes que hoy componen la Juventud Antoniana y por la música de la banda infantil de cornetas y tambores ‘El Amarrado’, sirvió de prólogo a la inauguración oficial de los actos del centenario por parte del obispo de Ávila, Jesús García Burillo, en una celebración eucarística en la iglesia de San Antonio en la que aprovechó para hablar con los niños que, como explicó, son «una clara manifestación de que Dios sigue estando en nuestras vidas y de que seguimos teniendo sed de él». «No podemos vivir sin esta expresión de la fe, que da sentido a nuestras vidas», señaló el prelado, quien añadió que «la fe llena una vida humana que de otra manera empezaría a decaer».
La celebración de ayer, tal y como explicó el obispo, «nos demuestra que la Virgen es un punto esencial en la vida de fe de un niño y de un adulto».
Pero la programación del centenario de la Juventud Antoniana, que hoy cuenta con más de 80 componentes, no hizo más que comenzar, pues a lo largo de los próximos doce meses estos niños y jóvenes asistirán a las procesiones de Semana Santa y de la fiesta de San Antonio de Padua, y peregrinarán a Roma y a Padua entre los días 9 y 15 de abril, durante la semana de Pascua. Y el 21 de septiembre, día en el que se cumplirán los cien años de su fundación, los miembros de la Juventud Antoniana renovarán su adhesión a este colectivo caracterizado por su atención a los necesitados y por llevar el espíritu de San Antonio.
Mañana, 8 de diciembre de 2011, se cumplirán 57 años de la bendición de la imagen de Ntra. Sra. de la Esperanza en la Catedral de Ávila. La Misa en San Juan, con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción de María, será a las 12.00 h.
La Juventud Antoniana fue fundada el 21 de septiembre de 1912 en el convento abulense de San Antonio por el guardián del mismo fray José Cardeñosa Gutiérrez. Ese día fue bendecida igualmente la imagen de San Antonio, regalo de la devota Sinforosa Martín, que sale en procesión por la calles de la ciudad el día 13 de junio, festividad del santo. Estas y otras cuestiones referidas a la Juventud Antoniana las recoge el estudio realizado por Emilio Iglesias, antiguo miembro de la asociación y actual presidente de la Junta de Semana Santa de Ávila y de la Archicofradía de Medinaceli.
Los actos conmemorativos del centenario de la Juventud Antoniana comenzarán el próximo jueves, 8 de diciembre, al ser la festividad de la Inmaculada una de las fechas principales en el calendario de la asociación. Con tal motivo, se celebrará la procesión por la barriada de San Antonio con presencia muusical de la banda infantil abulense de cornetas y tambores Cristo a la Columna ‘El Amarrado’. Será en esta iglesia parroquial donde se abran los actos del centenario a las 19,00 horas. En lugar preferente estarán invitados los antiguos miembros de la Juventud Antoniana
Entre las actividades más esperadas por los miembros de la Juventud Antoniana y familias está la peregrinación a Roma y Padua, que tendrá lugar durante la semana de Pascua, concretamente, entre los días 9 y 15 de abril, según ha manifestado Luis Quintana, vicario de Pastoral del convento franciscano y responsable de la Juventud Antoniana de Ávila.
Durante la estancia en Roma, acudirán los peregrinos a la plaza de San Pedro del Vaticano, donde serán especialmente recordados por el Papa Benedicto XVI durante su audiencia pública de los miércoles, tanto por la celebración del centenario de la Juventud Antoniana, como por el treinta aniversario de la creación de la cofradía de gloria abulense de San Antonio.
Una vez en Padua, los peregrinos de Ávila renovarán su compromiso con San Antonio ante la tumba del santo, actos que están abiertos igualmente a los miembros de la archicofradía de Medinaceli.
Cuando llegue el 21 de septiembre y se cumplan los cien años de la fundación de la Juventud Antoniana, sus miembros renovarán de manos del obispo de Ávila, Jesús García Burillo, su adhesión a la Juventud Antoniana y se les hará entrega del nuevo carné de socio, que recogerán el casi centenar de jóvenes que forman parte actualmente de la asocición religiosa y cultural. Destaca en este caso, el nuevo logotipo creado al efecto por la artista Mayte Ayerra. Se trata de una obra más juvenil y expresa con trazos modernos y muy originales el amor de San Antonio a Jesús y el amor de los jóvenes de la asociación a San Antonio.
Ya en el calendario previsto para el próximo año 2012 se encuentra la celebración de numerosos talleres de guitarra, siendo en enero la entrega de diplomas y premios de los belenes visitados por los miembros del jurado previstos.
En abril, con anterioridad al viaje de los peregrinos a Roma y Padua, organizarán y tomarán parte en la procesión del Domingo de Ramos, y tras el viaje celebrarán la excursión llamada el Día de la Tierra, de connotaciones ecológicas y de protección del medio ambiente. Un encuentro diocesano de jóvenes en junio, excursiones y campamentos completarán las actividades previas al 21 de septiembre, fiesta principal del centenario.
Los días 5 de noviembre de 2011 en Guadalajara y 12 de noviembre de 2011 en Ávila, tuvo lugar el Hermanamiento con esta hermandad alcarreña con la que la Hermandad de la Esperanza de Ávila tiene muchas cosas en común: el autor de ambas imágenes de la Esperanza es Manuel Romero Ortega, que las realizó en años próximos; ambas tienen un Cristo con la advocación de "Salud"; ambas se fundaron por el Colegio de Agentes Comerciales de sus respectivas ciudades; las dos permanecieron durante algunos años sin participar en la Semana Santa hasta su posterior reorganización; etc.
Tanto el día 5 como el día 12 de noviembre, se realizaron los actos de hermanamiento en las dos ciudades con la participación de una treintena de miembros de cada Hermandad. Se visitó los Templos y los Sagrados Titulares de ambas Hermandades, así como que se realizó una visita a otras cofradías alcarreñas y abulenses; Comida de Hermanamiento en ambas ciudades, Santas Misas y Actos solemnes de Hermanamiento, con intercambio de regalos como cuadros con las Sagradas Imágenes, medallas de hermandad y regalos para las imágenes de la Virgen: un rosario para Ntra. Sra. de la Esperanza de Ávila y un pañuelo para Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena de Guadalajara.
El pasado sábado, 5 de noviembre, una representación de 30 personas de la Hermandad de la Esperanza de Ávila viajó a Guadalajara, donde tuvo lugar el primero de los actos de Hermanamiento con la Hermandad de la Esperanza Macarena de dicha ciudad, obra de Manuel Romero, como nuestra Esperanza.
Ahora es la hermandad abulense la que les espera aquí en Ávila el próximo sábado, 12 de noviembre, para culminar el Hermanamiento.
Durante los días 21 al 23 de octubre tuvo lugar en la ciudad de Crevillente el XXIV Encuentro Nacional. Al citado encuentro asistieron cerca de 600 participantes llegados de Cofradías y Juntas de Hermandades de todas España.
La Junta de Semana Santa tuvo durante estos días un stand en la feria de artículos religiosos, donde se repartieron revistas y carteles de la Semana Santa abulense, asi como DVDs y postales.
Los días 8 y 9 de octubre tuvo lugar en Aranda de Duero el IX Encuentro de Juntas Generales de Cofadías de Semana Santa de Castilla y León, que tomo el relevo al organizado por Cuellar el año anterior.
En representación de la Junta de Semana Santa Ávila estuvieron presentes el presidente de la misma D. Emilio Iglesias Velasco y el Vicepresidente D.Ernesto José Gómez Ferreras. Durante el Encuentro se desarrollaron ponencias referentes a los jóvenes en las cofradías, patrimonio, seguros y economía de las Cofradías y juntas Generales.
Como se ha venido informando en las últimas Asambleas, la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza prepara un Hermanamiento con la Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Ntro. Padre Jesús de la Salud y María Stma. de la Esperanza Macarena, de Guadalajara. Dicha Hermandad y la abulense tienen en común muchas cosas: las dos imágenes de Ntra. Sra. de la Esperanza son obra del escultor Manuel Romero Ortega, que las realizó en años cercanos; la advocación de las dos imágenes de Jesús es “Salud”; ambas Hermandades se fundaron por los respectivos Colegios de Agentes Comerciales y tuvieron una reorganización tras un periodo de inactividad; etc…
Las Juntas de Gobierno de ambas Hermandades, tras numerosas conversaciones, han organizado los Actos de Hermanamiento, a los que invitan a todos los Hermanos. Se celebrarán el día 5 de noviembre en Guadalajara, y el día 12 de noviembre en Ávila. Los viajes consistirán en una visita a los respectivos Templos e Imágenes, otros lugares de las ciudades, comida conjunta, Santa Misa, Acto de Hermanamiento y despedida.
Con motivo de celebrarse en Ávila, durante los días 12 al 14 de agosto el Congreso Mundial de Universidades Católicas, organizado por la Universidad Católica de Ávila, la Junta de Semana Santa de Ávila, organizó varias exposiciones (pasos, enseres de cofradías, carteles y fotografía de la Semana Santa de Ávila) entre los días 5 al 16 del citado mes de agosto en el Palacion de Congresos "Lienzo Norte" de Ávila
Hasta el año 1979, el espectador se encuentra con dibujos que reflejan los elementos más importantes de esta fiesta, sobrios y de colores planos. Pero a partir de esta fecha se produce un cambio y se introduce la fotografía a los carteles, reflejando imágenes reales de años anteriores.
A partir del 2001 la fotografía sigue siendo la protagonistas, pero se hace visible la introducción de nuevas técnicas, dando lugar a montajes en los que se superponen distintas imágenes.
Cada mural es único y todos consiguen reflejar el fervor y la emotividad que se vive en estas fechas e invitan a vivir la Pascua en esta ciudad.
Pero esta no es la única exposición sobre esta festividad, entre hoy y el domingo se va a desarrollar una muestra de los estandartes de las cofradías miembros de la Junta de Semana Santa en el Lienzo Norte, otra forma de promocionar la Pascua abulense.
El patrimonio con el que cuenta la ciudad, la convierte en un escenario perfecto para la Semana Santa. Sus calles estrechas y sinuosas añaden un matiz especial a las procesiones y la majestuosidad de la Muralla llena de emotividad el Vía Crucis.
Estos son sólo algunos elementos por lo que fue declarada de interés turístico nacional, convirtiéndose en un atractivo tanto para turistas como lugareños.
Todavía quedan ocho meses para la Pascua, pero desde la Junta de Semana Santa han organizado una exposición con los carteles de esta festividad desde 1948 hasta nuestros días, es decir, un repaso por más de sesenta años de historia reflejado en los murales.
La muestra, que es gratuita, estará abierta hasta el próximo 17 de agosto en la Casa de las Carnicerías, en el mismo horario de apertura de la Muralla, es decir, desde las 10,00 a las 20,00 horas.
El principal objetivo de esta exposición es dar a conocer la Semana Santa abulense por lo que las fechas se han hecho coincidir con el congreso Mundial de Universidades Católicas y con las actividades previas a la Jornada Mundial de la Juventud que se están celebrando en la capital y que atraen a miles de peregrinos y turistas.
Al igual que las fechas, el sitio también es estratégico, puesto que se encuentra en la subida de la Muralla, el principal monumento de la ciudad que recibe numerosas visitas cada día.
La Muralla es uno de los elementos que se repite en casi todos los carteles puesto que se trata del símbolo más característico de la ciudad. Aunque no es el único puesto que otros monumentos, como los Cuatro Postes, también se reflejan en la mayoría de los murales, siempre acompañados por imágenes de las procesiones y de los pasos.
Al observar las láminas, en las que se perciben tres periodos, el público se hace una idea de cómo ha evolucionado la sociedad y como se ha ido modernizando.
Hasta el año 1979, el espectador se encuentra con dibujos que reflejan los elementos más importantes de esta fiesta, sobrios y de colores planos. Pero a partir de esta fecha se produce un cambio y se introduce la fotografía a los carteles, reflejando imágenes reales de años anteriores.
A partir del 2001 la fotografía sigue siendo la protagonistas, pero se hace visible la introducción de nuevas técnicas, dando lugar a montajes en los que se superponen distintas imágenes.
Cada mural es único y todos consiguen reflejar el fervor y la emotividad que se vive en estas fechas e invitan a vivir la Pascua en esta ciudad.
Pero esta no es la única exposición sobre esta festividad, entre hoy y el domingo se va a desarrollar una muestra de los estandartes de las cofradías miembros de la Junta de Semana Santa en el Lienzo Norte, otra forma de promocionar la Pascua abulense.
Hace unas semanas la Junta de Semana Santa anunciaba la convocatoria para todas cofradías y hermandades abulenses, a una Procesión Extraordinaria en Ávila con el Stmo. Cristo de las Murallas, como parte de los actos que se llevarían a cabo en el Congreso Mundial de Universidades Católicas, que tendría lugar el 13 de agosto.
Nos comunican que finalmente esta Procesión no ha sido incluida en el programa de actos del Congreso y que por lo tanto, no tendrá lugar.
Tras días de procesiones, de reflejar el ‘dolor’ de Cristo, llega el momento más importante de la religión católica, el día de la Resurrección y, con él, el momento de cambiar de tono y vestirse de alegría. Un ejemplo perfecto fue la procesión del Resucitado, protagonizada por las imágenes del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso. Poco antes de las 11 horas ya se oía la música de la dulzaina y el tamboril por las calles y era porque las imágenes se dirigían hacia la iglesia de la Sagrada Familia, donde iba a tener lugar la eucaristía.
Antes de entrar se produjo uno de los momentos más esperados, el encuentro entre Cristo y su madre. Frente a la puerta de la iglesia se situaron las dos imágenes, una a cada lado de la calle, y los cofrades las fueron acercando poco a poco, hasta que se encontraron. Fue el momento de quitar el velo negro a la Virgen, que ya no tiene que estar de luto una vez que su hijo ha resucitado.
Tras ese encuentro, seguido de la bendición y las palabras del sacerdote para expresar la alegría de la Resurrección, llegó el momento del ‘Aleluya’ y los aplausos de los feligreses que se habían agolpado al lado de las imágenes. Estas imágenes entraron después en la iglesia para la misa, antes de llegar el momento de la procesión, organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso.
Con sus capas rojas y su traje blanco, los cofrades se encargaron de acompañar a las dos imágenes en una larga procesión que partió de la propia iglesia, con la música de Dulzainas de Ávila, y recorrió una gran parte de la capital hasta llegar, al mediodía, a la ermita del Resucitado. La llegada a la ermita es también uno de los momentos de muestra de devoción con las pujas para ver quien introduce las imágenes en el templo, donde ayer permanecían por la tarde.
De esta forma los abulenses asistieron a la última procesión de la Semana Santa de 2011, unos días en los que el mal tiempo han quitado algo de luz a los desfiles, aunque la mayoría de ellos finalmente se pudieron realizar, como sucedió con el desfile del Resucitado.
El Pradillo. Eso sí, como la Resurrección es motivo de alegría, los abulenses aprovecharon para participar de la fiesta. En concreto, el lugar de encuentro fue El Pradillo donde, a pesar de que durante el día amenazó agua, lo cierto es que con la llegada de la tarde se fueron animando los vecinos y fueron llenando la zona.
Tradicionalmente es el lugar escogido para comer el hornazo, comida típica del día, pero lo cierto es que ayer más bien parecía un lugar donde disfrutar y pasar la tarde con familia y amigos. Allí se habían dispuesto, como otros años, los castillos hinchables para que jugaran los niños y también los puestos, controlados por agentes de la Policía Local, que vendían productos como almendras garrapiñadas y obleas, aunque tampoco faltó un puesto con los hornazos.
Por lo demás, la gente se distribuyó por el prado, en grupos, pero sobre todo aprovecharon para entrar en la ermita, donde se podían ver las dos imágenes que horas antes habían procesionado. Allí se vendían estampas dando ‘la voluntad’ y se preparaba todo para después hacer la subasta.
El presidente de la Junta de Semana Santa de Ávila, Emilio Iglesias, lamenta que las lluvias hayan provocado la cancelación de procesiones durante el Miércoles y el Jueves Santo, “los días que más afluencia de público tenemos”.
“Satisfecho estás cuando has visto toda la Semana Santa en la calle –afirma-. Cuando ves que algunas cofradías, después de haber estado trabajando un año completo, no han podido salir sientes una pequeña decepción”. Además, “tal vez debido al tiempo, ha bajado un poquito el número de penitentes”, añade.
Asegura que“el agua impide sacar cualquier procesión, no por lo penitentes sino por las tallas, muchas de ellas del siglo XVI, sobre las que la lluvia puede provocar daños irreparables, y lo mismo ocurre con los mantos de los cristos y las vírgenes”.
Días con lluvia Iglesias recuerda que, durante “la primera parte” de la Semana Santa, las condiciones meteorológicas acompañaron y, aunque algunos días “cayó un poco de lluvia”, se celebraron “con total normalidad” las procesiones Vía Matris; la de las Palmas; el Encuentro, que este año ha tenido lugar en la plaza de la Catedral; la de la Estrella, de Medinaceli y el tradicional Miserere.
La lluvia comenzó a ser un problema el Miércoles Santo y, aunque sí se pudo celebrar la Procesión del Silencio, las dos del Cristo de las Batallas se vieron afectadas por el agua. Los penitentes que salieron a las once de la noche tuvieron que darse la vuelta y se decidió que la talla nos saldría en el tradicional itinerario de la madrugada.
El traslado del Cristo de los Ajusticiados, el Jueves Santo, se convirtió en una procesión, recuperando así una antigua tradición del Patronato de la Vera Cruz, pero ese mismo día hubo que suspender, de nuevo por la lluvia, la Procesión de los Pasos. Por ese mismo motivo hubo que celebrar el Vía Crucis dentro de la Catedral.
“La última parte de la Semana Santa, el tiempo nos ha respetado”, afirma el presidente de la Junta. Así fue como se pudo celebrar con total normalidad la Procesión de la Pasión y Santo Entierro, en esta ocasión con un recorrido más breve que en anteriores años y menos pasos. En opinión de Emilio Iglesias, “se echó de menos algunas de las imágenes que salían en años anteriores, pero la procesión fue mucho más ligera, no tuvo ni un solo corte y estuvieron continuamente desfilando los penitentes, que era uno de los objetivos que buscábamos”.
También hubo novedades el Sábado Santo con la Procesión de la Soledad, donde se incorporó la nueva Hermandad de los Estudiantes. En este caso la lluvia que hizo acto de presencia a la mitad del recorrido provocó que los pasos y los participantes en el desfile realizaran el recorrido a un ritmo más rápido del habitual. Para cerrar la Semana Santa, el domingo salió a las calles de Ávila el Cristo Resucitado.
En la hostelería
En el sector de la hostelería, sin embargo, “la actividad no ha ido tan mal como empezamos a pensar el lunes y el martes tras conocer las previsiones meteorológicas”, afirma el presidente de la Federación Abulense de Empresarios de Hostelería, Hugo Ortega, quien sitúa en un 85 por ciento la media de ocupación hotelera.
El viernes se llegó a un 95 por ciento en la capital abulense, aunque con un gran número de reservas que se hicieron durante la misma jornada. “Ha habido que trabajar muy al día y muy duro para poder cumplir con los objetivos, pero no podemos más que estar satisfechos”, ha añadido. Ortega asegura que estamos atravesando “un año complicado” y “habrá que aguantar como sea 2011 y probablemente también 2012 a la espera de tiempos mejores”.
Amenazaba lluvia y al final descargó, pero afortunadamente no impidió la multitudinaria salida y el recorrido de la Procesión de La Soledad, el penúltimo desfile penitencial de la Semana Santa de Ávila y el que refleja como ningún otro el sufrimiento y desconsuelo de una madre, la Virgen, por la pérdida del hijo crucificado.
De luto riguroso en el alma y en la vestimenta, en señal de duelo, y ataviadas con la mantilla española, cerca de 200 damas de la soledad escoltaron a la Santa Cruz, ya desnuda, y a Nuestra Señora de la Soledad, viva expresión del dolor, en su recorrido por las céntricas calles de Ávila, desde su salida de San Pedro, en medio de una importante expectación en el Mercado Grande. Pero en esta ocasión, y como la gran novedad de este año, no estaban solas. Además de los numerosos asistentes que compartían la escena desde las aceras, medio centenar de penitentes de la Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de los Estudiantes y Nuestra Señora de la Sabiduría, creada al amparo de la Universidad Católica de Ávila, les arroparon compartiendo su dolor. Vestidos con hábito y caperuzo morado y capa negra, cíngulo de cordón amarillo y azul (los colores de la UCAV), y portando la medalla de la Universidad Católica de Ávila y la Biblia en la mano, los nazarenos, de momento sin paso propio y dispuestos en dos filas, encabezaron la procesión, tras la primera de las dos bandas de música llegadas desde Medina del Campo, La Oración del Huerto y la Vera Cruz, impecable en su sonido de tambores, cornetas y gaitas.
Tras el grupo de niñas que portaban los atributos de La Pasión, los clavos, el martillo, la corona o la escalera, y una representación de la cofradía de La Soledad de Medina del Campo (varias mujeres con traje negro y capa castellana), salió el primer paso, la Santa Cruz, una cruz vacía con la escalera. Detrás, el estandarte de Las Damas de la Soledad, y a continuación las siete mujeres con hábito blanco y capuchón negro bordado con el emblema de La Soledad que portaban las banderolas que hacen referencia a los siete dolores de la Virgen.
El desfile continuó con la representación de las cofradías invitadas y con el segundo y último paso, Nuestra Señora de la Soledad, una bella y expresiva talla de 1958 obra del escultor Eduardo Capa que muestra a la Virgen con gesto de tristeza, apoyada en la Cruz que antes sostuvo a su hijo. La representación del resto de cofradías, por orden de antigüedad, y la banda Jesús Atado a la Columna cerró una procesión que se vio sorprendida por la lluvia en la avenida de Portugal, pero que continuó con paso firme y los paraguas a su lado.
Con el centro de la ciudad lleno de turistas en la mañana de Viernes Santo, la iglesia de San Ignacio de Loyola acogió un año más el Sermón de las Siete Palabras, el acto religioso en el que se recuerdan las siete últimas palabras que Cristo pronunció en la Cruz, a modo de invitación a la reflexión sobre la Pasión de Jesús y, a través de ella, sobre el sentido del Cristianismo. En esta ocasión el orador fue Jorge Zazo, director del Secretariado Diocesano de Pastoral con Jóvenes, quien fue glosando esas últimas enseñanzas para llamar a la meditación de los presentes y a la implicación de los jóvenes, palabras intercaladas con la hermosa música de la Camerata Abulense.
Empezando en el «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen», y una reflexión sobre el sentimiento del perdón, frente a los instintos del hombre, continuó con el «en verdad te digo hoy estarás conmigo en el paraíso», y el llamamiento a fomentar valentía en los jóvenes «que soportan los insultos a Cristo» a través del fortalecimiento de su vida espiritual. Con la tercera palabra, «mujer ahí tienes a tu hijo; hijo, ahí tienes a tu madre», a la que confió a su discípulo, Zazo reflexionó sobre la prioridad de Dios y la entrega confiada de Jesús, siguiendo con el «Dios mío Dios mío, por qué me has abandonado», y ese sentimiento de soledad y la negación de su existencia por parte de muchos por su inacción ante las catástrofes de la Humanidad, ante lo que «nos ha reconfortado con su presencia». Con «tengo sed», «todo está cumplido» y «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» llegaron las palabras quinta, sexta y séptima, y con ellas la meditación sobre el acompañamiento a los que se sufren, el rechazo a lo oscuro de la sociedad y la llamada a participar en los sacramentos y en la oración.
Entre los asistentes se encontraban representantes del Ayuntamiento y la Junta de Semana Santa.
La Semana Santa de la capital abulense llegó a su punto más alto en la tarde del Viernes Santo, con la Procesión de la Pasión y Santo Entierro o ‘general’, que desafió a las nubes que amenazaban lluvia; este año, con un recorrido más breve que en anteriores ocasiones, al haber eliminado cinco pasos.
Declarada de Interés Turístico Nacional en el año 2005, la Semana Santa de Ávila vive la muerte de Jesucristo y el dolor de su madre reuniendo a todas las cofradías, hermandades y patronatos de la ciudad en un desfile que recoge algunas de las imágenes más emblemáticas que procesionan durante todos estos días.
El Real e Ilustre Patronato de Nuestra Señora de las Angustias y Santo Sepulcro –hábito de color negro, igual que la túnica y el capucho, y fajín morado- decidió este año hacer de su procesión, que únicamente recorre calles y rincones de la ciudad intramuros, un evento que no llevara tanto tiempo en su recorrido como en años anteriores.
Se contaba hasta ahora con once pasos representativos de la Semana Santa abulense, que se han quedado este año en seis, de manera que el paso de la procesión apenas se prolonga durante media hora.
De los cinco pasos que han desaparecido, cuatro pertenecen al Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz –El Prendimiento (1919), La Caída (1914), La Santa Faz (siglo XVIII) y La Tercera Palabra (con el Cristo de Anaya del año 1580, atribuido a Juan Bautista Vázquez ‘el Viejo’, y san Juan y la Virgen, del siglo XVIII)-, que ve cómo este año se ha quedado sin desfilar con su más rica imaginería, tras la suspensión, el Jueves Santo, de la Procesión de los Pasos, mientras que, en la madrugada del Viernes Santo, del Vía Crucis dejó al Santísimo Cristo de los Ajusticiados (siglo XVI) en el interior de la Catedral, ante la previsión de lluvia.
La otra imagen que tampoco desfila ya en la Procesión de la Pasión y Santo Entierro es Nuestra Señora de la Esperanza, de la cofradía del mismo nombre y que se puede ver en la Procesión del Encuentro que, el Lunes Santo, protagoniza junto con el Santísimo Cristo de la Ilusión.
Pasos Los pasos que sí pudieron verse en la procesión del Viernes Santo en la capital abulense fueron, encabezando el desfile, la Santa Cruz, así como Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, de la archicofradía del mismo nombre y que procesiona el Martes Santo, que desfiló escoltado, como viene siendo habitual, por alumnos de la Escuela de Policía de Ávila.
Tras Jesús de Medinaceli, el Santísimo Cristo de las Murallas, de reciente factura –fue realizada, en el año 2000, por el escultor abulense Nicomedes García Piquero- y la única imagen que pertenece a la Junta de Semana Santa, que también procesiona este Viernes Santo, así como Nuestra Señora de las Angustias, de la cofradía del mismo nombre, que desfila en la Procesión del Silencio del Miércoles Santo.
Cerrando la procesión, desfilaron los dos pasos pertenecientes al patronato organizador: el Santo Sepulcro (obra anónima del siglo XVII), y la Virgen Dolorosa, realizada por Antonio Arenas Martínez, en 1946, tras la que procesionaron representantes de la diócesis abulense, la Corporación municipal, la Subdelegación del Gobierno, la Delegación Territorial de la Junta, la Universidad Católica de Ávila y otras instituciones civiles y militares de la ciudad.
En cuanto al acompañamiento musical, corrió a cargo de la Banda Juvenil de Cornetas y Tambores de ‘El Amarrado’, de Ávila, la Banda de Cornetas y Tambores ‘Nazareno y Esperanza’, de Zafra (Badajoz) y la Banda de Música de Ávila.
El Cristo de los Ajusticiados que protagoniza el Via Crucis de la madrugada del Viernes Santo en Ávila se quedó este año, por primera vez, en el interior de la Catedral. La razón: había previsión de lluvia, aunque no cayó ni una gota.
A las cinco y media de la mañana, en torno a un millar de personas se aglomeraba a las puertas de la Catedral de Ávila para participar en el tradicional recorrido del Via Crucis procesional, que se lleva a cabo a lo largo de los 2,5 kilómetros del perímetro amurallado y que, como cada año, estaba preparado en su totalidad, con las estaciones dispuestas a lo largo del trayecto y la Muralla iluminada al completo.
Sin embargo, por la previsión de lluvia y también porque las cámaras de la televisión de Castilla y León iban a captar las imágenes, se decidió que el Via Crucis, por primera vez en la historia de la Semana Santa abulense, se realizara en el interior de la seo de la ciudad.
Y el Cristo ni se movió, por primera vez, porque, hace dos años, también se celebró el Via Crucis en el interior de la Catedral, pero, en esa ocasión, el Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, organizador del desfile procesional, en colaboración con el Obispado de Ávila, consiguió llegar con la imagen del Cristo Crucificado, una talla anónima del siglo XVI y una de las más veneradas de la Semana Santa de Ávila, hasta el Arco de la Catedral o del Peso de la Harina.
Los jóvenes, protagonistas En el interior del templo abulense, se fueron recorriendo cada una de las catorce estaciones que recuerdan el camino hacia el Calvario y la muerte de Jesucristo, aunque muchos de los presentes, al ver que el Via Crucis no salía de la Catedral, decidieron marcharse, por lo que el millar inicial acabó quedándose en unas 500 personas.
Entre los asistentes, especial protagonismo tuvieron los jóvenes, encargados de portar la cruz que presidió los rezos y ataviados con la camiseta de color rojo que les identifica como voluntarios para la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en agosto en Madrid.
También a ellos se refirió el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, al término del Via Crucis, hacia las siete y cuarto de la mañana. El prelado recordó el papel de los jóvenes en la sociedad, porque son “la esperanza del mañana” y “testigos de la fe”, para “alentar a otros” y “hacer de esta sociedad una sociedad más nueva y humana”.
SE veía venir. Una intensa e incansable lluvia marcó toda la jornada del Jueves Santo y, como se podía prever, impidió la celebración de la procesión de Los Pasos, la que narra de un modo simbólico los principales capítulos de la Pasión de Cristo a través de nueve escenas y la que acumula tras de sí cinco siglos de historia, con la devoción que eso conlleva por parte de los abulenses.
La lluvia ya había querido sumarse a la procesión de la Estrella, provocando un paréntesis en el desfile, a la de Medinaceli, en este caso sin interrumpir el recorrido, y a las dos del Santísismo Cristo de las Batallas, acortando la primera y suspendiendo la segunda. Pues lo mismo hizo con la de Los Pasos, tras una tarde de lluvia constante que impidió ver a la Santa Cruz, la Santa Cena, La Oración en el Huerto, El Prendimiento, Cristo Amarrado a la Columna, La Caída, La Santa Faz, la Tercera Palabra y el Santísimo Cristo de los Ajusticiados desfilar por las calles de Ávila, intramuros, en un recorrido que nos traslada a los episodios que se vivieron dos mil años atrás en Jerusalén.
La decisión se tomó pasadas las cinco de la tarde, cuando las precipitaciones que ya caían sobre Ávila y las previsiones de que el panorama no iba a cambiar hicieron que en el Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz lo tuvieran claro: «es una pena pero hay que suspender», con los consiguientes avisos a la policía y la Junta de Semana Santa. Lo contaba, ya en la Catedral, su presidente, Carlos Javier Jiménez Prieto, quien no ocultaba la tristeza por dejar los hermosos pasos sin procesión pero «no se puede jugar» con obras de arte muy valiosas cuyo origen más antiguo se remonta al siglo XVI, como la imagen de la Santa Cruz, la que precisamente hubiera abierto el desfile. «No nos podemos arriesgar a que se estropeen» los nueve pasos y las treinta figuras, se justificaba el presidente, aunque por la lluvia que se oía desde dentro del templo no hacía falta justificarse demasiado. «Lo sentimos mucho, muchas gracias a la ciudad de Ávila y a los hermanos del Patronato, pero contra el tiempo no se puede luchar», subrayó.
Se da la circunstancia de que estos últimos años de mal tiempo no habían llegado a afectar a la procesión del Jueves Santo. «Hacía al menos más de diez años que no suspendíamos», recordaba el presidente, quien también destacaba las mejoras previstas en esta procesión, como los estandartes nuevos.
Antes de eso, a mediodía se recuperaba una tradición de los inicios de los desfiles procesionales de la Semana Santa de Ávila, cuando los pasos eran trasladados de forma individual hasta la Catedral. La imagen del Santísimo Cristo de los Ajusticiados, la que no podría después desfilar en la tarde-noche, fue trasladada en pequeña procesión hasta la Catedral desde la ermita del Humilladero, donde habitualmente descansa. Carlos Jiménez Prieto manifestaba que la intención del Patronato es impulsar más esta actividad para el año próximo, a lo mejor ampliando el recorrido viendo «el éxito» logrado.
El Cristo de los Ajusticiados que protagoniza el Via Crucis de la madrugada del Viernes Santo en la capital abulense y al que también puede verse en la tarde del Jueves Santo, en la Procesión de los Pasos, ha sido objeto de una nueva procesión que recupera una antigua tradición del Patronato de la Vera Cruz, convertir en desfile procesional su traslado.
Ataviados con sus hábitos de color morado, doce hermanos fueron los encargados de portar a hombros las andas del Santísimo Cristo de los Ajusticiados, una talla anónima de principios del siglo XVI que habitualmente descansa en la ermita del Humilladero, junto a la basílica de San Vicente.
Desde el Humilladero, subiendo por la calle San Segundo, a pleno día y siendo objeto de la atenta mirada de los viandantes, el traslado acabó convirtiéndose en una auténtica procesión encabezada por la cruz guía y el estandarte del patronato, pero también por el sonido de la carraca que acompañó el recorrido.
Amenazaba lluvia y se cumplió la previsión. En la procesión de las 23 horas del Cristo de las Batallas, los hermanos tuvieron que regresar a toda prisa hasta San Pedro y, aunque paró en la madrugada, no quisieron arriesgarse a estropear la pequeña imagen del Cristo de las Batallas que se custodia en Mosén Rubí y, por primera vez en su historia, se suspendió la procesión.
“Ha habido años que hemos salido hasta nevando, pero esta vez no podemos arriesgarnos”. La razón es doble, pues no sólo hay que conservar la imagen del Cristo de las Batallas por su valor artístico e histórico -realizada hacia 1450 por Lucca de la Robbia, en Florencia (Italia), acompañaba a los Reyes Católicos en sus campañas militares, de ahí su nombre- sino también porque es una de las piezas que, por primera vez se podrán ver en la exposición de Las Edades del Hombre, que abrirá sus puertas en mayo.
La imagen, de barro cocido, que representa a Cristo de medio cuerpo con la cruz a cuestas y está entronizado en un baldaquino dorado (fechado con posterioridad) ha sido seleccionada entre las cinco que se podrán ver en la muestra que, con el título de ‘Passio’, se podrá ver en las localidades vallisoletanas de Medina del Campo y Medina de Rioseco, de manera que “una sola gota de agua podría causarle daños irreparables”.
Y no es para menos. La pequeña imagen del Cristo de las Batallas está custodiada por las hermanas Dominicas del convento de Mosén Rubí y únicamente se puede ver en la procesión que, en la madrugada del Jueves Santo, a las dos de la mañana, parte de Mosén Rubí, recorre la Ronda Vieja y algunas de las calles más emblemáticas del casco histórico abulense, para regresar, de nuevo, a su refugio.
En el interior del convento se agolpó, por lo tanto, el público que en la madrugada de este Jueves Santo confiaba en poder ver la procesión y que, con rostros llenos de tristeza, acompañaron a la Hermandad del Santísimo Cristo de las Batallas en el rezo que se llevó a cabo para sustituir el desfile procesional.
Interrupción Al menos, en este caso, los hermanos no tuvieron que darse la vuelta y correr para devolver la imagen a su lugar de origen, como sí ocurrió en la procesión de las 23 horas que también recibe el nombre de las Batallas y que tiene como protagonista una imagen de gran tamaño realizada en 1963 por el escultor Plácido Martín.
La procesión partió de la iglesia de San Pedro y realizó una pequeña parte de su recorrido, aunque la lluvia obligó a interrumpirla y los participantes tuvieron que atajar para regresar al templo, empapados.
Cristo con la pesada carga de la Cruz sobre su hombro, con gesto de sufrimiento y como imagen central de la Pasión, iluminada desde la carroza empujada por los hermanos. Noche cerrada, en contraste con la luz de las velas de cera, algunos pies descalzos (los menos), grandes cruces, túnicas y capuchos negros y un silencio sobrecogedor, sólo quebrado por la llamada de la corneta y el retumbar de los tambores que acompañan al pausado caminar. Es la sobriedad, la austeridad personificada en procesión, el ejemplo de la representación más tradicional de la Semana Santa castellana y la prueba de que con la sencillez en una puesta en escena del sentimiento religioso también se puede emocionar e impresionar. Es la procesión del Santísimo Cristo de las Batallas, la primera de las dos que organiza en el intervalo de horas la Hermandad del Santísimo Cristo de Las Batallas y que no pudo completar su recorrido por la tormenta que cayó sobre la ciudad, que obligó a dar media vuelta a los hermanos alrededor de la plaza Pedro Dávila. El Santísimo Cristo de las Batallas, el único paso del desfile, aguardó el chaparrón bajo el Arco del Rastro para luego, tapado, emprender la vuelta a San Pedro, origen y fin (ayer anticipado) de la procesión.
Son las once de la noche y estamos en San Pedro. Todavía no llueve. Las dimensiones (más de dos metros) y el simbolismo de la espectacular talla moderna del Santísimo Cristo de Las batallas (obra del escultor Plácido Martín San Pedro en 1963), posada sobre un lecho de claveles rojos, flanqueada por cientos de hermanos (algunos menos por el fútbol, nos dicen) y acompañada también por algo menos de público de lo habitual en el Grande, se pone en movimiento aunque en esta ocasión toma otra dirección.
Y es que el desfile cambió su céntrico recorrido por Duque de Alba y la avenida de Portugal por una incursión intramuros que le confirió un carácter aún más sobrecogedor y hermoso, desde el flanco del Rastro, con la imponente Muralla a un lado, hasta la entrada prevista por la calle Caballeros, donde ese camino al Calvario quedó interrumpido.
En la procesión, encabezada como siempre por una cruz roja y el tintineo de las campanas, se intercalaron las tres grandes cruces negras arrastradas por los penitentes con los tres grupos de tambores, mientras sus hermanos nazarenos, unos 300, desfilaron organizados en dos filas. El recogimiento y el respeto que demuestran asistentes y participantes (este año a veces roto por gritos por el fútbol ajenos al paso) es seña de identidad de esta procesión, cuya talla, aunque moderna, evoca una imagen de gran devoción popular a lo largo de la historia. Habrá que esperar otro año para ver el desfile completo.
Las imágenes del Santo Cristo Arrodillado, del Cristo de la Agonía y de Nuestra Señora de las Angustias, empujadas por los miembros de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, desfilaron en la tarde-noche de ayer desde la zona sur hasta el centro de la ciudad entre el silencio y el recogimiento de los fieles y penitentes que se acercaron a acompañar a estos pasos en la Procesión del Silencio, un desfile austero, muy propio de la tradición y condición de la Semana Santa abulense.
La subida por la calle Francisco Gallego, antes de llegar al paseo del Rastro, concentró el máximo interés de una estación de penitencia que tiene como imagen principal la talla del siglo XVI de Nuestra Señora de las Angustias, máximo expresión del dolor de la Virgen por la muerte de su hijo, y que comenzó en la iglesia de San Nicolás, donde destacaban la túnica azul y la capa blanca del traje de los cofrades que acompañaron a las imágenes en un largo desfile.
Sólo hubo un resquicio para la voz en forma de palabra cantada. Fue en la plaza del Rollo, donde, como viene siendo habitual en los últimos años, una saeta ante la presencia de cada una de las imágenes rasgó una todavía tarde callada, que continuó de igual manera, con el acompañamiento de las bandas de El Amarrado y de Cristo del Despojo de Valladolid, en el resto de un recorrido que alcanzó su expresión más estética en el paso por el paseo del Rastro, a los pies de la Muralla, donde continuaba el respeto, incluso con la aparición de la lluvia que obligó a la protección de imágenes.
Al final de la procesión, llegada al principal templo de la ciudad, la Catedral, donde quedaron recogidas unas imágenes que un año más hicieron que se escuchara el silencio en su paso por las calles abulenses, muy pobladas sobre todo en su inicio y algo menos en su segunda parte, pero aún con mucho público, pese a la dura competencia futbolística en la noche de ayer.
A caballo entre el martes y el miércoles, en la hora mágica de la medianoche, partía desde la iglesia de la Magdalena la procesión del Miserere, la tercera y última de la jornada del Martes Santo, una poco numerosa comitiva con un único paso, el de Santa María Magdalena, que echó a andar acompañado por el solemne y rotundo sonido del repicar de lejanas campanas.
Solo se oía una carraca, unos tambores de sobrio sonido y el golpear de las tablillas, casi lúgubre... Además del arrastrar de cadenas que llevaban atadas a los tobillos, de pies desnudos, dos nazarenos que portaban un estandarte y un crucificado.
Los cofrades del Ilustre Patronato de la Purísima Concepción, Santa María Magdalena y Ánimas del Purgatorio, acompañados por cientos de personas que siguieron la procesión, con la imagen de la Virgen a lomos de doce costaleros. A lo largo de todo su itinerario, recorrieron el breve tramo del Mercado Grande para entrar a continuación a la ciudad intramuros por el arco del Alcázar y andar, casi en completa oscuridad, por esa simbólica calle que es la de la Cruz Vieja, más conocida como de la Muerte y la Vida.
Tras rodear la Catedral por sus lados oeste y norte, la procesión volvió a salir del recinto intramuros por la puerta del Peso de la Harina, dirigiendo sus pasos hacia la plaza de San Vicente, donde tuvo lugar el tradicional encuentro con los cofrades de Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, para llevar a la imagen de Santa María Magdalena a los pies del Santísimo Cristo de los Ajusticiados, esa magnífica imagen que lleva siglos velando la vida y la muerte en la ermita del Humilladero.
Allí, en ese centenario espacio religioso lleno de significado, la coral Amicus Meus hizo de la tradición y la pasión puro sentimiento a través del lenguaje universal e inefable de la música. Su miserere, cargado de fuerza y muy inspirado, salió de muy adentro y llegó hasta muy alto, haciendo de ese momento quizás el más sobrecogedor de toda la noche poco antes estrenada.
Después, nuevamente en silencio, y siguiendo un recorrido en sentido inverso aunque sin entrar dentro del recinto amurallado, la imagen de la Magdalena fue trasladada de nuevo a su iglesia.
La noche, que había amenazado lluvia pocas horas antes, se ofreció sosegada y casi cálida. Al final hizo su aparición para el incomodo de abulenses y turistas presentes en la procesión.
El anochecer del Martes Santo se vistió de morado y oro con la procesión de Medinaceli, una de las ‘grandes’ de la Semana Santa de Ávila por su poso histórico y su devoción, traducida en los más de medio millar de penitentes que flanquearon la estampa del Cristo de Medinaceli (y los otros seis bellos pasos del conjunto escultórico) y en los fieles y curiosos que se dieron cita en la Catedral, y en todo su recorrido, en esta cita ineludible de la representación de la Pasión.
La lluvia, aunque ligera, acompañó prácticamente durante todo el desfile, completado a buen ritmo, con plásticos en los estandartes de apertura y con el acompañamiento musical de la bandas de cornetas y tambores de la Oración en el Huerto y la Vera Cruz y del Santo Sepulcro, de Medina del Campo, y por los ‘juveniles’ del Amarrado. En las aceras algún paraguas y quizás algo menos de público por el desapacible tiempo.
Con un ambiente de recogimiento y expectación flotando en el aire, perfecta muestra de la sobriedad castellana, y el espectacular escenario que conforman el sinuoso recorrido intramuros y la subida de la Ronda Vieja, de nuevo una escena inigualable (se mantuvieron los cambios del año pasado), la procesión tiñó la noche de ese hondo sentimiento que desprende el Cristo de Medinaceli (obra de Gerardo Morante), el que espera, bajo la corona de espinas y con gesto profundo, la crucifixión.
Pasan las 21,00 horas en la Catedral. De nuevo, en un calco del año pasado, en la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús de Nazareno de Medinaceli miran al cielo. La lluvia amenaza pero de momento no aparece. En media hora la procesión se pone en movimiento, una de las más complejas por el número de penitentes y el de pasos, hasta siete, con los que se completan buena parte de los capítulos de la muerte de Jesús y el tormento de una madre apenada por la pérdida de su hijo.
El primero, San Pedro Llorando. El gran protagonista y símbolo de la procesión, el Cristo de Medinaceli, de morado y oro, iluminado en la carroza, es recibido con las notas del Amarrado y, escoltado por el Cuerpo Nacional de Policía (cofrade de número), empieza su penitencia hasta el Mercado Chico, ya con las primeras gotas haciendo a más de uno mirar al cielo.
A caballo entre la luz y la oscuridad, y con el acompañamiento de los farolillos, los pasos restantes se van intercalando con los penitentes, Nazareno del Perdón, Calvario, Virgen del Mayor Dolor, Cristo Yacente y Virgen de las Lágrimas, todos engalanados para la ocasión.
Con la consigna de resguardarse en los soportales si las precipitaciones arreciaban, al final se aguantó la fina lluvia y se siguió hasta el arco del Carmen. Mientras el público tomaba posiciones, esa bajada para enfilar la Ronda Vieja dejó una escena espectacular, ya de noche. Las gaitas de La Oración en el Huerto convirtieron el momento en sublime.
Las previsiones hablaban de lluvia para la procesión de la Estrella y al final se cumplieron, aunque sólo supuso una interrupción que hizo que la imagen de Jesús Rendentor se tuviera que resguardar bajo el arco de las Carnicerías, y la Virgen, en los soportales del Mercado Grande. Un breve ‘receso’ antes de que el desfile, una vez que la primera imagen volvió (con plásticos en las imágenes) por San Segundo hacia al Grande para unir la procesión, pudiera continuar para volver a su lugar de origen.
Pero antes de que esto sucediera, a las 16,15 horas, se había disfrutado de una de las salidas más espectaculares de la Semana Santa de Ávila, que comenzó a vivirse cuando los golpes hicieron que se abrieran las puertas de Las Gordillas y con ello llegaran los primeros de los numerosos aplausos que se vivirían en casi la hora que duró la salida de las dos imágenes. La primera fue la de Nuestro Padre Jesús Redentor ante Caifás, un paso con cinco personajes que tuvo que ser sacado con mucho trabajo, gracias a la labor de los costaleros. Cuando por fin salió la imagen (y se colocaron todos los elementos que se habían quitado para eliminar riesgos por la baja altura de la puerta) se escuchó la primera saeta de ‘El Cascabel’ y después la música de la Banda de Música ‘El Amarrado’. Después llegó el segundo esfuerzo, subir las escaleras para emprender el camino de la procesión, eso sí, después de la segunda levantada al grito de «al cielo con él, al cielo de verdad».
Después la operación se repitió con Nuestra Señora de la Estrella, cuyo palio se colocó para recibir a la imagen. En este caso estuvo acompañada por una segunda saeta y la Banda de Música Ciudad de Tormes. Y cómo no, tras subir los escalones de nuevo se levantó el paso por los costaleros, a quienes se pidió que la subieran al cielo, «pero de corazón».
A partir de ahí comenzaba el largo desfile que sin embargo se vio sorprendido por la lluvia, aunque pudo completar el recorrido.
Tras el disgusto que dio la lluvia el pasado año y a pesar de la amenaza de la tarde de ayer, finalmente se volvió a celebrar el ‘Encuentro’, uno de los momentos más bonitos y esperados de la Semana Santa de Ávila. El escenario elegido fue la plaza de la Catedral, donde se congregaron cientos de abulenses para ver la unión de Nuestra Señora de la Esperanza y el Cristo de la Ilusión.
Eran las 22,45 horas cuando se producía ese encuentro, tras numerosas maniobras de ambos pasos y con el ‘baile’ que hicieron juntos para acercar a madre e hijo a través de las imágenes. Una cercanía que, con las luces prácticamente apagadas en la Catedral, arrancó los aplausos de los asistentes y recordó el momento en que la Virgen ve morir a su hijo.
Después continuaron las procesiones que dan origen a este encuentro, la de Nuestra Señora de la Esperanza y la de la Ilusión.
Precisamente fue la de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza la que primero salió. En la iglesia de San Juan, poco después de las 19,30 horas, esperaban las bandas de música de El Amarrado y la de Ciudad del Tormes, una a cada lado de la puerta del templo. Y junto a ellos se encontraba el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, que en representación del Ayuntamiento ejerció como bracero de honor. Minutos antes de comenzar la procesión comentaba el «sentimiento especial» que tenía por ser el encargado de ‘dar salida’ a la procesión, eso sí, fue al segundo intento.
Tras la orden del bracero de honor salió la primera de las imágenes, el paso de Jesús de la Salud, y después la banda abulense.
Luego fue el turno de la imagen de la Virgen, impresionante con su manto verde y acompañada de flores blancas. Para su salida de la iglesia se colocaron tableros a ambos lados y allí se subieron doce cofrades para colocar el palio una vez que había salido la imagen, no sin esfuerzo. Así comenzaba la primera de las procesiones en la que ambas imágenes recibieron el regalo de sendas saetas al pasar el arco del Mercado Chico. La Virgen además recibió pétalos de flores.
Hora y media después era el turno de la procesión de la Ilusión, la del Patronato de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora de las Vacas. Desde la ermita de las Vacas fueron desfilando los cofrades, en este caso acompañados por la Banda de Ávila y la de Cornetas y Tambores de Cáceres. Allí fue el lugar para sacar al Cristo, ante los aplausos de los asistentes y cuando empezaba a anochecer.
Así comenzaban las dos procesiones que después tendrían que vivir el momento álgido del encuentro.
Un año más, decenas de jóvenes abulenses han acompañado el paso conocido popularmente como la Borriquilla hasta el convento franciscano de San Antonio en la procesión de Las Palmas del Domingo de Ramos.
Portando en sus manos las palmas y el laurel bendecidos en la eucaristía ofrecida por el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, antes del inicio de la procesión en la catedral de El Salvador, y acompañados por el sonido de las gaitas de la Banda de Cornetas y Tambores de la Oración en el Huerto de Medina del Campo, decenas de abulenses han participado por las calles del centro de la capital en el segundo acto de la Semana Santa de Ávila.
Una comitiva que ha estado acompañada por los pasos ‘Entrada de Jesús en Jerusalén’, una imagen en la que se plasma el pasaje bíblico de la entrada de de Jesucristo en la ciudad santa y que procesiona desde 1944, y ‘Nuestra Señora de los Infantes’, una obra anónima del siglo XIX en la que aparece la Virgen portando una palma entre sus manos.
Además de los más pequeños, la procesión ha contado con los nazarenos de la Archicofradía de la Real Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno Medinaceli, ataviados con túnica morada y cíngulo y capas blancas, y los pertenecientes a las Juventudes Antonianas, que vestían su hábito marrón con cíngulo y capa blanca con la cruz de Jesús.
La próxima cita de la Pasión abulense tendrá lugar este lunes con la procesión de El Encuentro, que este año tendrá lugar en la plaza de la catedral en torno a las 22 horas.
La procesión Vía Matris, organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo de los Afligidos, ha dado el pistoletazo de salida de la Semana Santa abulense este Viernes de Dolores, en la que nuevamente han formado parte una decena de internas del Centro Penitenciario de Brieva.
Con túnica marrón, capa con capucha y cíngulo beige, en torno a setenta capuchones de esta cofradía, fundada en el año 2000, han partido del Convento de La Santa, con bastante público en sus alrededores, en una procesión que, acompañada del sonido de la dulzaina, ha recorrido las principales calles del centro de la capital amurallada para regresar a este mismo punto, monumento que además es la sede canóniga de la Cofradía del Santísimo Cristo de los Afligidos.
Una edición que ha tenido como novedad el cambio de las tres lecturas del Via Matris durante la procesión, pasando su realización de la plaza de Montse Rubí a la plaza del Mercado Chico, en una procesión en la que los nazarenos han portado un paso con las imágenes del Santísimo Cristo de los Afligidos, una obra realizada en 1929 por los Talleres de Arte Cristiano de la localidad gerundense de Olot, y Santa María Consuelo de los Afligidos, realizada por el escultor abulense José Luis Jiménez Hernández ‘Kaito’.
La próxima cita del programa de Semana Santa de Ávila lugar este Domingo de Ramos con la Procesión de las Palmas, la cual partirá de la Catedral de El Salvador en torno a las 12,30 horas, cuando finalice la Misa Mayor que oficiará el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, a partir de las 11 horas.
El monumento a la Semana Santa de Ávila se ha vuelto a llenar de ramos gracias a la ofrenda floral que han realizado las cofradías de la capital abulense.
Han participado las 13 hermandades, a lo que hay que añadir un ramo más por parte de la Junta de Semana Santa. La Cofradía de los Estudiantes, recién creada, no ha llevado flores porque todavía no es miembro de pleno derecho de la junta. De hecho, saldrá en la Procesión de la Soledad (Sábado Santo) como invitada.
Este acto, que comenzó a celebrarse el año pasado con la nueva ubicación del monumento, anuncia que “nos vamos acercando a la celebración de una manifestación, en primer lugar, religiosa, pero también cultural y turística, como es la Semana Santa”, ha señalado el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto.
Y fotos Tras la ofrenda floral, autoridades y cofradías han inaugurado la exposición que acoge la Casa de las Carnicerías hasta el 24 de Ávila. La muestra está formada por 92 imágenes del Concurso de Fotografía Religiosa Abulense celebrado el año pasado.
“Es una exposición muy bonita porque los fotógrafos cada año se esfuerzan muchísimo más”, ha dicho el presidente de la Semana Santa de Ávila, Emilio Iglesias. Las imágenes han sido tomadas por José Luis Vallejo Martín, Ana Isabel Ramírez Sánchez, Daniel Gago Arribas, Víctor Hernández Hernández, Fernando Serrano Agejas, Pablo Daniel Martín Gutiérrez, Jorge Hernández Gutiérrez, Miguel Ángel Ramírez Sánchez, Luis Carlos Jiménez del Río, Raúl Pindado Collado, Jorge Quiroga Jiménez, Blanca Almohalla Pérez, Aurelio Marino Almohalla Burguillo, Daniel Jiménez Martín, David San Segundo Navas, Héctor de Matías Jiménez, Luis Antonio Sánchez Schmitt, Noelia Martín Martín, Pilar María Sastre Sánchez y Javier Segovia Muñoz.
Tres nuevas bandas, la Banda de Cornetas y Tambores Cautivo y Santiago Apóstol de Aznalcázar y Sanlúcar La Mayor de Sevilla, la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno de Palencia, y la Banda de Cornetas y Tambores Hermandad de Cofradías de Peñaranda de Bracamonte, se añaden al XIII Certamen Nacional Toques de La Pasión Ciudad de Ávila, que se celebrará el próximo 10 de abril en la capital abulense, a partir de las 12,00 horas por la mañana y de las 18,00 por la tarde, con un pasacalles entre el Mercado Grande y el Mercado Chico, en donde se celebrará el certamen propiamente dicho.
Las bandas participantes en el pasacalles matinal serán las de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Palencia, Santísimo Cristo Despojado de Valladolid, Padre Nuestro de Palencia, Cautivo y Santiago Apóstol de Aznalcázar y Sanlúcar La Mayor de Sevilla y Santísimo Cristo a la Columna ‘El Amarrado’ de Ávila.
Para por la tarde, las que están programadas son las de El Amarrado Juvenil de Ávila, Preciosísima Sangre de Valladolid, Cristo del Caño de El Barco de Ávila, Jesús Cautivo de Talavera de la Reina, Hermandad de Cofradías Peñaranda de Bracamonte y Santísimo Cristo a la Columna ‘El Amarrado’ de Ávila, que repite de por la mañana.
En caso de que las circunstancias climatológicas lo obliguen, el acto se trasladará al auditorio municipal de San Francisco.
La organización del acto corresponde a la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo a la Columna ‘El Amarrado’ de Ávila, y cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Ávila.
Durante la tarde-noche del Sábado Santo sale de la iglesia de San Pedro Apostol la procesión de la Soledad, cuya piadosa asociación damas fue creada en1957 en la iglesia de Mosén Rubi con el fin de «promover la perfección cristiana e incrementar el culto público y proponer, como medio, a las mujeres abulenses la devoción a la Santísima Virgen María, bajo la advocación de su soledad y contribuir, con espíritu de recogimiento y presencia, al esplendor litúrgico de la Semana Santa».
Pasado medio siglo desde esta declaración del acta fundacional, la actual presidenta de la asociación de Damas de la Soledad es Mari Paz Muñoz Prieto. Mujer joven y polifacética, esta economista e ingeniera informática ocupa la dirección de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la Universidad Católica de Ávila (UCAV).
La vinculación de Mari Paz Muñoz con la Semana Santa abulense viene desde niña, en el seno de una familia piadosa, y es muy alto su compromiso pues, además de presidir la asociación de Damas de la Soledad, es interventora del Real e Ilustre Patronato de Nuestra Señora de las Angustias y Santo Sepulcro, miembro de la hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, del Patronato de la Santa Vera Cruz y tesorera de la Junta de Semana Santa de Ávila.
- ¿Cómo ha sido la trayectoria de las Damas de la Soledad en estos 54 años de existencia?
- La primera procesión se realizó en 1957 año con una imagen de la Dolorosa, cedida por el patronato de Nuestra señora de las Angustias y Santo Sepulcro, y partió de la iglesia de Santo Tomé el Nuevo. Un año después, la cofradía adquirió la actual imagen de Nuestra Señora de la Soledad, obra de Eduardo Capa, con la que se trasladó la hermandad en 1963 a la iglesia de San Pedro, sede canónica definitiva de la misma.
- La Santa Cruz, que abre la procesión desde 1993, está realizada por dos artistas abulenses ¿Quiénes son ellas?
- Mari Paz Prieto García y Mari Paz Muñoz Prieto somos madre e hija. Mi madre, restauradora, artesana y experta en manualidades, hizo la cruz y los forjados que la adornan, y yo realicé los esmaltes a fuego que completan la decoración.
- ¿Cuántas personas forman la asociación?
- Actualmente, somos 315 cofrades, de las que 150 desfilamos en la procesión. Seguimos siendo la única hermandad de Ávila formada exclusivamente por mujeres.
- ¿Y los siete capuchones que portan otros tantos estandartes?
- Son mujeres jóvenes, y representan los siete dolores de la Virgen. Es el tercer año que salen en la procesión de esta forma.
- ¿Quién ha confeccionado tan bellos estandartes bordados?
- Al igual que la Santa Cruz, son obra de mi madre, Mari Paz Prieto.
- El recorrido y el horario son los mismos de otros años. ¿Hay alguna novedad en la procesión?
- En años anteriores, la procesión se detenía en la ermita del Cristo de los Ajusticiados, como señal de respeto, girando la imagen de la Soledad. En esta ocasión, realizaremos un acto de oración al paso de la Virgen por este Humilladero de la Vera Cruz, cuya peculiaridad mantendremos en secreto hasta el momento de llevarlo a cabo. También desfilará con nosotras la nueva cofradía del Cristo de los Estudiantes, creada en el seno de la Unviersidad Católica de Ávila.
- ¿Están hermanadas las Damas de la Soledad con alguna cofradía?
- Mantenemos una buena relación con la cofradía de la Soledad, de Medina del Campo, cuya Semana Santa también es de interés turístico nacional. El pasado año acudimos a dicha ciudad para tomar parte en la procesión del Encuentro, que desfila durante la mañana del Viernes Santo.
- ¿Corresponderán a la invitación?
- Hemos invitado a la cofradía medinense para que desfile este año con nosotras el Sábado Santo.
Ocho bandas, tres de ellas de la provincia de Ávila, participarán el próximo 10 de abril en el XII Certamen Nacional Toques de la Pasión Ciudad de Ávila, que contará con una aportación municipal de 3.000 euros, según se aprobó en la mañana de ayer en la Junta de Gobierno Local. Serán dos menos que las que participaron el año pasado.
Esta actividad incluida en la Semana Santa abulense comenzará a las 11,00 horas del próximo domingo 10 de abril con un pasacalles desde el Mercado Grande al Mercado Chico, iniciándose el certamen a las 12,00 horas. Por la tarde el pasacalles será a las 17,30, arrancando el certamen a partir de las 18,00. En caso de mal tiempo, se trasladaría al auditorio de San Francisco.
Las bandas que actuarán en el horario matinal serán las siguientes:
• Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo Despojado de Valladolid.
• Banda de Cornetas y Tambores Padre Nuestro de Palencia.
• Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo a la Columna El Amarrado de Ávila.
Y por la tarde, será el turno para estas bandas:
• Banda de Cornetas y Tambores el Amarrado Juvenil de Ávila.
• Banda de Cornetas y Tambores Preciosísima Sangre de Valladolid.
• Banda de Cornetas y Tambores de El Barco de Ávila.
• Banda de Cornetas y Tambores Jesús Cautivo de Talavera de la Zamora.
• Banda de Cornetas y Tambores Santisimo Cristo El Amarrado de Ávila.
La ciudad de Valladolid se acercó ayer a la Semana de Pasión abulense de la mano del ya tradicional pregón que la Junta de Semana Santa de Ávila organiza en la Sala Revilla, en este caso de la mano de la palabra y el sentimiento de Gonzalo Jiménez, coordinador de la Obra Social de Caja de Ávila. Estuvo su invitación centrada en la vivencia colectiva de la religiosidad de la Semana Santa, que según trasladó «constituye uno de esos momentos de llamada al Encuentro con Dios Padre» y cuyo ritual, aseguró, «nos hace descubrir lo esencial de la experiencia cristiana de salvación, cuyo contenido central es Cristo y la Virgen».
Antes de trazar un poético recorrido por las imágenes y las ‘paradas’ de una Semana Santa que «camina decidida a la búsqueda de la proclamación de Interés Turístico Internacional», y después de agradecer sinceramente a la Junta de Semana Santa «el que se haya acordado de mí», Gonzalo Jiménez quiso ahondar en el sentido religioso de la Semana Santa empezando con un poema de José Hierro que expresa una vivencia religiosa que «permanece en el corazón del hombre como la infancia y los sueños».
Porque este encuentro «para muchos será de actualización y profundización en su experiencia de fe; para otros muchos, de hito anual de escucha de esa llamada y de lucha de la que nos hablaba el poeta» y para todos «no es sólo un modo de vivir personal la salvación venida de Cristo sino un modo colectivo de vivir el acontecimiento salvador de la pasión, muerte y resurrección de Jesús». De aquí la importancia, continuó, de unas cofradías que nos permiten «ser a todos, al pueblo entero, actores, protagonistas últimos de lo que se celebra formando una personalidad colectiva» en «una curiosa e interesante reciprocidad».
Para el coordinador de la Obra Social de Caja de Ávila en una «sociedad tan desarraigada como la nuestra, la realidad de este tejido social que son las cofradías tiene un valor humano-cristiano indudable» porque, aseguró, «son una creación antigua pero con una vocación de futuro única», de modo que la Semana Santa, aseguró en Valladolid, «constituye el núcleo de religiosidad popular más interesante», «una religiosidad más heredada que aprendida» en la que «cada generación al asumirla la recrea; tal vez sea este el fondo de su riqueza imaginativa y emotiva», dijo.
Pero Gonzalo Jiménez había anunciado al principio que su tarea ayer era «anunciarles una buena noticia». Para llegar a ella comenzó su recorrido en el Viernes de Dolores, «que nos dice que el dolor y la muerte no tienen la última palabra sobre la vida porque está el perdón», para continuar con el Domingo de Ramos, «día de gloria y de dolor»; el Lunes Santo, «día de encuentro» y de «un solo sentimiento, esperanza»; el Martes Santo, que trae «tres momentos de esencial significación en la vida de Jesús que se desarrollan como un relato»; el Miércoles Santo, «justo entre el día que termina y el que comienza»; el Jueves Santo, «todo marcado por la Cena del Señor», «la Eucaristía para siempre», y aquí un inciso para ‘rescatar’ recuerdos más personales, los de las torrijas empapadas en leche de su madre, a quien dedicó el pregón. Éste continuó por el Viernes Santo, «donde toda la fuerza de la Semana Santa parece confluir con pasos y cofradías» y es «recuerdo de la salvación de Cristo, memoria de su pasión y muerte y en espera de la resurrección», dijo Jiménez, que llegó al «extraño» día del Sábado Santo, día de silencio y soledad», y al sonido de las campañas de un domigo de buena noticia.
El horario de iluminación ornamental de la Muralla de Ávila será ampliado durante las noches de Semana Santa hasta la una de la madrugada, a partir del Viernes de Dolores, excepto el Martes, Miércoles y Jueves Santo, que se mantendrá prácticamente toda la noche.
Así se ha acordado en la reunión de coordinación celebrada el miércoles por la mañana, con la asistencia del presidente de la Junta de Semana Santa de Ávila, Emilio Iglesias; el teniente de alcalde de Seguridad, José Francisco Hernández Herrero; el concejal de Obras y Servicios, Antonio Pérez Martín; el jefe de la Policía Local, José Miguel Jiménez, y técnicos municipales.
Operativo municipal En dicho encuentro se han abordado cuestiones relativas a seguridad y movilidad, así como de la puesta a disposición de la Junta de Semana Santa de Ávila de los materiales municipales precisos para el buen desarrollo de los desfiles procesionales, como tarimas o vallas, entre otros.
En esta ocasión, el operativo que el Ayuntamiento de Ávila pone a disposición de la Junta de Semana Santa constará de más de 100 efectivos pertenecientes al Área de Seguridad del Ayuntamiento, a Obras y Servicios, y técnicos del Área de Cultura y Turismo.
En la reunión se ha puesto de manifiesto que no habrá obras municipales que afecten al recorrido y desarrollo de los desfiles procesionales previstos y se ha acordado, además, la instalación de diversas infraestructuras.
Presentación Semana Santa de Segovia Por otro lado, la Junta de Semana Santa de Segovia, con su presidente Alberto Herrera a la cabeza, ha presentado este miércoles el programa de actos y procesiones para este año en el Episcopio de Ávila, una edición que ya se inició el pasado domingo con la representación del Auto de Pasión del Cristo de los Gascones en la iglesia de los santos Justo y Pastor de la capital del Acueducto
Este año la Semana Santa segoviana contará entre sus platos fuertes con el anuncio del pregón a caballo en la plaza Mayor el sábado 9 de abril , una de las señales más características de esta celebración; la escenificación de la Pasión en el barrio de San José Obrero el Viernes de Dolores; y las ocho procesiones del Jueves Santo a cargo de las cofradías de la Resurrección del Señor, del Recogimiento, de la Piedad, de la Esclavitud del Santo Cristo de la Cruz, del Santo Cristo con la Cruz a Cuestas y la Virgen de las Angustias, de La Oración en el Huerto, de San Andrés y del Santo Cristo de San Marcos.
El jueves tuve la suerte de compartir con varios abulenses que viven en Madrid el emotivo pregón de Semana Santa que pronunció Pablo Serrano en el Hogar de Ávila. Para mí, que este año no podré por diversos motivos, salir con mi querida Hermandad del Cristo de las Batallas, ni acompañar a la talla que representa mi devoción, ni podré acercarme al Convento de mis adoradas Dominicas, fue un momento muy especial, por varias razones que espero que compartan.
La primera, porque cuando uno a veces se desenvuelve en este mundo de candelabros que es la diplomacia, le agrada ver que un valor tan castellano, la austeridad, puede resultar cargado de humor. El Presidente del Hogar de Ávila, D. Agapito Rodríguez, cuando llevaba un rato leyendo el currículo vitae de Pablo Serrano, exclamó «Majo, pues ya has hecho cosas». Desde luego un momento insuperable y después continuo.
Ya saben que valoro mucho lo que se hace en conjunto, lo que se hace de generación en generación, y esa es la impresión que se tiene cuando el Presidente de la Junta de Semana Santa, Emilio Iglesias, trasmitió al enumerar el esfuerzo colectivo que ha sido preservar la Semana Santa frente a modas, y sobre todo, el conseguir para el presente y futuro de Avila, el reconocimiento de tener una Semana Santa de Interés Turístico Nacional. Un éxito que mira al futuro del Turismo, preservando lo que somos y tomando fuerza de lo que nos legaron. También es muy importante el respaldo institucional que ejemplificaban el Teniente Alcalde Áureo Martín y el Diputado Nacional, Sebastián González, en representación de todos.
Pero el recorrido de la Semana Santa que otorgó Pablo fue casi una invitación personal, a cada uno de nosotros, para que recordásemos nuestras Semanas Santas. Para mi surgieron imágenes de golpe: ir a por mi hábito que me daba Sor Irene, mientras esperaba con Sor Cora. Mi padre y mi tío yendo a por los ramos bendecidos para toda la caterva de primos, y las palmas que mi abuela nos hacía traer en Levante, donde la tradición es bien distinta. La alegría contagiosa de la borriquilla llegando a San Antonio. Todo esto, para días después dar lugar al Silencio, que es la expresión de la emoción castellana, expresado en compañía de mi Cofradía. Esos soberbios pasos que de pequeño pensaba que eran patrimonio eterno de Ávila, y que ayer Pablo nos recordó lo frágiles que son, casi como la memoria. Mi madre insistiéndonos a todos los hermanos para que fuéramos a ver los pasos en la Catedral y a los Oficios, o el levantarnos de la cama ante el paso del Santo Entierro, con esa conmoción, y esa veneración. O ese impresionante Vía Crucis, que sólo en Roma tiene un marco comparable. La procesión de la Soledad con la imagen de nuestra querida Marisa, y con esa elegancia que es sin duda algo más que un valor estético, coronada de mantilla y engalanado el luto.
El futuro vino en la forma de enumeración de las virtudes de la nueva cofradía, pero también por las reflexiones que compartimos después un grupo de abulenses. Me preguntaba Francisco cuando tuve que atender una llamada, si volvía a Ávila esa noche, y ya me dio pena contestar que no. Pero la Providencia que no descansa nunca hizo que tuviera con un dúo de entusiastas una conversación apasionante. Conocí a Héctor, un joven por el que me une mi gusto por el baloncesto que me contó lo que estaba realizando con el Óbila, y su desprendimiento al hablar de la Fundación con la que está implicado. No me sorprendió que un joven de sobrado talento tuviera la administración económica de algo tan complejo como es el Centro Comercial, ya que demostró en toda la conversación estar muy preparado para las dificultades y también para los éxitos. Un regalo que vino de la mano de alguien que siempre está en su línea, y que es siempre es invariablemente la misma, pero que no aburre, que es su profundo amor a Ávila, y que como reconoció a modo de confesión, lo que le gustaba era «sacar pecho con las tradiciones de su tierra». Así será de nuevo otro año, le dije mientras me embozaba en mi capa y nos despedíamos.
La tarde de ayer se convirtió en un lienzo en el que la música fue protagonista. No en vano, se desarrollaron en la capital abulense dos conciertos que colmaron las expectativas de quienes decidieron participar en cada uno de los acontecimientos sonoros.
Así, a las 20,00 horas comenzaba, tras un minuto de silencio por las víctimas de Japón, en la iglesia de Santiago, sede de la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias; uno de los conciertos polifónicos incluidos en las VI Jornadas de Música Sacra, una de las actividades organizadas por la Junta de Semana Santa que se desarrollan en este tiempo de Cuaresma y que son un perfecto preámbulo de la Semana Santa Abulense. De tal forma, el conjunto coral Amicus Meus ofreció repertorio compuesto por obras de Tomás Luis de Victoria, DDvorák o Rossini en el templo abulense, que llenó su aforo y consiguió un ambiente impregnado de espiritualidad y armonía. Cabe recordar que esta agrupación coral nació en el mes de Febrero de 1999 y está compuesta por 34 coralistas dirigidos desde septiembre de 2009 por Gustavo Sánchez.
Por otro lado, dentro de la programación incluida en el ciclo Clásicos de Primavera, la sala Sinfónica del Centro de Congresos y Exposiciones Lienzo Norte acogió, a partir de las 20,30 horas, el concierto de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.
En dos partes, esta agrupación ofreció al entregado auditorio que.... la sala, un programa en el que sonaron obras de Claude Debussy, Alban Berg y Richard Wagner, algunas de cuyas composiciones completaron la segunda entrega de este magnífico recital de sensibilidad y altas dosis de profesionalidad.
La Orquesta Sinfónica de Castilla y León es ya uno de los proyectos orquestales más dinámicos y renovadores de España, como bien quedó patente ayer. Con un repertorio que conjuga con imaginación y frescura a clásicos y contemporáneos, música de repertorio con obras menos conocidas, la agrupación sinfónica se ha dejado escuchar en los principales foros artísticos del país.
Un nuevo empuje a la Semana Santa abulense se quiere dar, y esta vez con la implicación del tejido comercial y, sobre todo, hostelero de la ciudad. Esa es una de las conclusiones que se pueden extraer de la reunión que tuvieron ayer entre las partes implicadas, con representantes municipales y de la Junta de Semana Santa. No es la primera vez que se ven las caras, puesto que ya se han tenido contactos previos para poner en marcha una actividad atractiva como una Pasión Viviente.
Con todo en marcha y las necesidades marcadas, –guión, recorrido, figurantes, fechas...– lo último que queda por encontrar y ajustar es la financiación, que ronda alrededor de los 40.000 euros. De todos es sabido que éste es el peor momento para encontrar esa cantidad de dinero necesaria, pero si hosteleros y comerciantes están tan seguros de que esta actividad se puede llevar a cabo y que es tan positiva para la ciudad como aparenta y que resultará rentable para sus propios intereses económicos, deben ser estos sectores los que pongan toda la carne en el asador, jugándosela como si de una inversión de futuro con altas posibilidades de rentabilidad se tratara, con el apoyo, al menos logístico, de las otras partes implicadas.
En cualquier caso, todo ello no quita para que la iniciativa sea plausible, y es una satisfacción que a tres meses de la celebración de la Semana Santa esté todo tan amarrado a falta únicamente de unos acuerdos económicos.
Como muchas veces hemos reiterado desde estas páginas, una solución al futuro de Ávila pasa por desarrollar más una de las actividades económicas que siguen generando movimiento y empleo en nuestra ciudad, aunque no vamos a negar que en época de crisis se ha resentido también. Y la Semana Santa, además del cariz religioso de la celebración, tiene una conexión elevada con el turismo. Aprovechando el tirón de las últimas ediciones y con unos objetivos de futuro ambiciosos, todo es merecedor de los mejores deseos. Ahora falta ver cual es la verdadera implicación de los promotores.